Música de colectivo

Mi mp3 volvía a quedarse sin pilas en medio del viaje. Por momentos odiaba esas situaciones, más en días como esos en que la música servía para despejar pensamientos indebidos, indeseados o, simplemente, tristes. Porque las canciones sirven para evadirme de esas cotidianeidades, por los menos por ese rato en que viajaba en aquel abarrotado colectivo a la hora en que todos vuelven a sus casas. 
Raramente aquella tarde había logrado poder sentarme en el último lugar de la fila de asientos individuales. Una señora de entrados años había dejado el lugar libre a poco de yo haberme puesto frente a ella, y como regalo divino, le agradecí. Creo que un poco efusivamente, porque me miró con cierta cara de sorpresa.
Apoyé mi cabeza contra la ventanilla. Mirando aquellas calles que tanto conocía, y en las que siempre buscaba por nuevos paisajes, pasé en mi reproductor de música hasta llegar a la carpeta de Silvio Rodríguez.
Muchos dirán que la guitarra del viejo cubano no es de lo más apto para sentimientos como los vividos, cuando el vértigo enviste de lleno desconociendo horarios y días de la semana. Pero la trova, otra vez, se me hacía necesaria. 
Y allí yo, de nuevo en comunión con ella. Solos, compartiendo. Haciéndome sentir canción a canción. Aunque aquella tarde, por capricho del destino, a poco de empezar aquel disco que tanto me gustaba, el reproductor se apagó por falta de pilas. 
Me eché a pensar en esa música que habla de mi en formas que yo no sé hacerlo. Letras que guardan historias vividas y que redescubría cada vez que escuchaba. Y el afán de versos ajenos pero propios me había llevado a conocer cantautores que por estos lados del mundo poco se escuchan.
Cuerdas que cada tanto volvían a incentivar las ganas por desempolvar esa guitarra que duerme un largo sueño detrás de la cortina de mi pieza. Capricho de cumpleaños lejano que después por dedicación no pude retribuir, estando allí, como otro pendiente más en mi vida.
Cuánto que tenía por hacer. Organizar, priorizar, ganas, tiempos, necesidades, eran todas palabras que venían a mi cabeza al pensar en esas cuestiones que quedaban, al estar haciendo camino al andar; como decía el Nano, otro gallego canalla que hablaba de mi, sin apenas saber que lo admiro.
Una frenada brusca hizo que mi cabeza golpeé contra la ventanilla. Los improperios de los pasajeros para con el colectivero me devolvieron al espacio y me hicieron dar cuenta que me había quedado dormido pensando, mientras miraba aquellas calles que tanto conocía, todavía con unos auriculares puestos que no me pasaban ninguna música. 


"Que levante la mano la guitarra" (Silvio Rodríguez)
Sufrir, ¿que forma tiene, que cabeza?
Al dolor, ¿que matices lo acompañan?
¿Con que ojos nos busca la tristeza?
¿De que color pinto su paz extraña?
¿Como camina la tristeza?
Hable quien conozca su patria.
Quien la define, donde vive,
¿que mujer tuvo esas entrañas?
¿Que quiere de nosotros nuestra sombra?
Que levante la mano la guitarra.

5 comentarios:

  1. Me encantó Pablito. Si no se la puede escuchar, a recordarla!

    ResponderEliminar
  2. Me asuste un poco al ver el titulo del post jajaja porq lo relacione con q ibas a escribir algo sobre aquellos desubicados q ponen la musica a todo lo q da en el colectivo... q arruinan cualq viaje (y q no suele ser musica de los mas agradable!)... pero una vez mas comparto con vos hasta la musica de coelctivo abstrayendome en mis auriculares... cantando... mirando sin mirar!"
    Fer

    ResponderEliminar
  3. Me encantó Pablito, tiene un poquito de eso. Eso, que parece poquito pero es mucho.
    "Mientras miraba aquellas calles que tanto conocía, todavía con unos auriculares puestos que no me pasaban ninguna música" - Extraordinario!

    ResponderEliminar
  4. "Me eché a pensar en esa música que habla de mi en formas que yo no sé hacerlo. Letras que guardan historias vividas y que redescubría cada vez que escuchaba."
    Comparto cada una de tus palabras, pero vos lo escribís tan bonito!
    Me encantó Pablito, y gracias por acordarte siempre de mí e invitarme a pasar!

    ResponderEliminar