La chica de la esquina

Volvían a ser las siete de la tarde y mi corazón se aceleraba. Había aprendido la hora en el reloj de agujitas para no depender de andar preguntando. Siempre buscaba una excusa para salir de donde estaba o dejar de hacer lo que venía haciendo. Pero el verano lo hacía más fácil. No tener obligaciones de cole y estar siempre callejeando con la barra, jugaba a mi favor.
Eran las siete de la tarde y corría, una vez más, a la esquina. Y por allí andaba ella de nuevo. Como ayer, pero cada día más linda. Entraba a su casa, vaya a saber de dónde llegaba, y con qué cansancios encima. Y yo, desde enfrente, sentado en el umbral de la casa de la vieja que no quería que juguemos a la pelota en su vereda, la veía pasar, con miedos a ser descubierto. Tan cercana, pero tan lejos, la contemplaba. Hasta que cerraba su puerta y obligado, yo, tenía que seguir, pero imaginándola.
A las siete del día siguiente le inventaba otra historia. Me cosquilleaba la panza cuanto la veía venir. Mi lugar refugio era confesor cada tarde, a la misma hora. Como ritual o religión me encontraba allí a la espera de esos escasos minutos que me bastaban para pensarla hasta el próximo día.
Los fines de semana se hacían eternos, pero tenían ese gustito a incertidumbre de encontrarla quizás en la panadería o entre las góndolas del supermercado. Cargando las bolsas caminaba despacio con la esperanza de verla en otro horario, en otro lugar del barrio, o por otras veredas. Las sorpresas tenían un gusto lindo y corría a casa como si me hubiesen regalado una bolsa enorme de mis caramelos preferidos. Si mamá supiera por qué me gustaba hacer los mandados.
Y el lunes, a las siete, allí de nuevo, sin animarme, otra vez, a dar un paso más. Saludarla, cruzarme de cuadra o ir hasta la parada del bondi eran mis desafíos diarios, que nunca llegaba a cumplir. Así, volvía a romper la carta que constantemente le escribía donde le confesaba mi enamoramiento, y cuánto me gustaba. Aquellas eran mis cotidianas batallas.
Así transcurrieron los días de ese verano. No me acuerdo cual fue de tantos vividos en la vereda. Ayer el recuerdo invadió cuando volví a verla pasar. Y se me hizo inevitable sentarme en la puerta de la vieja que no quería que jugásemos a la pelota en su vereda.
Mucho tiempo había pasado. Estamos los dos más grandes, con más vidas, pero ella igual de linda. Mi corazón volvió a acelerarse como aquellas veces. No sabía que extrañaba esas cosquillas en la panza. Las sensaciones al verla.
Son las siete menos cinco en mi reloj de agujitas. Aunque no haya ya necesidades de excusas, voy a avisarle a mamá que salgo al kiosko. Pero mi compañero umbral es el que espera, para verla pasar como aquellas veces, e inventarle, otra vez, su día. Quizás esta tarde sí me anime y salude a la chica de la esquina.


"AMORES IMPOSIBLES" (ISMAEL SERRANO)

10 comentarios:

  1. Que linda historia...
    Siempre hay una mujer a la que jamás podremos olvidar.
    Saludos, querido!

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  2. Creo que es la tercera vez que trato de escribir acá....a ver si sale:

    Te decía que veo en vos mucha añoranza de la niñez últimamente....
    Es muy lindo el post!!!
    Es lindo recordar con amor y alegría e ir más allá del recuerdo :)
    Y qué lindo fantasear!

    Besote!!
    Juli

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  3. Lo lindo es seguir amando no perder ese don, esa habilidad tan maravillosa. Seguir soñando con cosas imposibles ¿por qué no? Cosas imposibles para los demás, no para uno.

    Te quiero mosquetero mío.


    PD: Amé la canción.

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  4. me encanto!!hay algo de verdad en la historia??

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  5. Ay nene, sos un enamoradizo incurable, muy bueno eso, la vida tiene otro sabor cuando se la vive así, intensamente. Feliz Navidad Lancone!

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  6. Que lindo Pabliii!!! jajaj lo leo y me parece historia conocida jajaja y me hiciste acordar a mis tardes de verano tambien... en las que esperaba verlo pasar y juro que se me salio una sonrisa y ese "no se que" en la panza... y esta vez es de alegria de que alguna vez me paso...
    Muy linda la forma en que expresas todo esto que fuiste haciendo! te quiero amigo! besossss

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  7. Que genial, es asi tal cual. Era muy linda toda la situacion, se sentia todo tan especial y emocionante...
    Silvia

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  8. hermosa cancion de ISMAEL! y re lindo lo que haces!
    Maria

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  9. Gracias familiares y amigos por recordar conmigo. Cada nueva chica que aparece en mi vida y de la cual caigo perdidamente enamorado es esa chica de la esquina, mi primer amor imposible. Y así seguiremos escribiendo en canciones el trazo de una estrella cada vez que me cruce con alguna.

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  10. ¡Ya entendí! Lo que me gusta de tus escritos es como convertís esos momentos para tantos otros comunes, un hecho mágico.

    Loving it! ¡Quiero más! Becho, Pati.-

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